25 de noviembre de 2011

CATEGORÍAS DE EVALUACIÓN PEDAGÓGICAMENTE

La gran mayoría de los autores (R. Tyler, B. Bloom, G. De Landsheere, B. Maccario) agrupan los diferentes objetivos y funciones de la evaluación que ya enumeramos en tres grandes categorías:
La Evaluación Predictiva o Inicial (Diagnóstica), se realiza para predecir un rendimiento o para determinar el nivel de aptitud previo al proceso educativo. Busca determinar cuáles son las características del alumno previo al desarrollo del programa, con el objetivo de ubicarlo en su nivel, clasificarlo y adecuar individualmente el nivel de partida del proceso educativo.
La Evaluación Formativa, es aquella que se realiza al finalizar cada tarea de aprendizaje y tiene por objetivo informar de los logros obtenidos, y eventualmente, advertir donde y en qué nivel existen dificultades de aprendizaje, permitiendo la búsqueda de nuevas estrategias educativas más exitosas. Aporta una retroalimentación permanente al desarrollo del programa educativo.
La Evaluación Sumativa, es aquella que tiene la estructura de un balance, realizada después de un período de aprendizaje en la finalización de un programa o curso.
Sus objetivos son calificar en función de un rendimiento, otorgar una certificación, determinar e informar sobre el nivel alcanzado a todos los niveles (alumnos, padres, institución, docentes, etc.).
Como dice Lawrence Stenhouse (1984)," para evaluar hay que comprender. Cabe afirmar que las evaluaciones convencionales del tipo objetivo no van destinadas a comprender el proceso educativo. Lo tratan en términos de éxito y de fracaso”. En su opinión, " el profesor debería ser un crítico, y no un simple calificador”.
Actuando como crítico y no sólo como calificador, "la valiosa actividad desarrollada por el profesor y los estudiantes tiene en sí niveles y criterios inminentes y la tarea de apreciación consiste en perfeccionar la capacidad, por parte de los estudiantes, para trabajar según dichos criterios, mediante una reacción crítica respecto al trabajo realizado. En este sentido, la evaluación viene a ser la enseñanza de la autoevaluación".
La evaluación es el medio menos indicado para mostrar el poder del profesor ante el alumno y el medio menos apropiado para controlar las conductas de los alumnos. Hacerlo es síntoma de debilidad y de cobardía, mostrándose fuerte con el débil, además de que pervierte y distorsiona el significado de la evaluación.

Foticos Resplandor








LA EVALUACIÓN EDUCATIVA

INTRODUCCIÓN

La evaluación es parte integrante de nuestra vida, continuamente nos estamos sometiendo a evaluación. No pasa un día sin que al finalizar la jornada no hagamos un balance de lo que hicimos y como lo hicimos, que nos falta por hacer, etc. Y así sucede con todos los aspectos de la vida. Por ello no es posible pensar y organizar un proceso de enseñanza sin que no esté presente el componente de la evaluación.

Cuando se pretende la excelencia en el desempeño educativo es indispensable continuamente evaluar nuestros propios procedimientos de enseñanza, de modo que nos permita adecuarlos a las necesidades y características del alumnado de manera que satisfagan las expectativas de los educandos. De igual modo los alumnos deben ser sometidos sistemáticamente a evaluaciones para poder comprobar su evolución, así como la eficacia de nuestro propio desempeño profesional.

Es importante que los maestros se adapten a los alumnos para lo cual deben conocerlos, y discernir la manera de proceder con cada uno si hubiera que reducir toda la psicología educativa a un solo principio, quedaría éste: el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. De ahí el auge que tiene en la actualidad la evaluación inicial y la dimensión diagnostica de la evaluación.

Las escuelas se componen de profesionales. Tales profesionales, deben buscar constantemente servir a sus alumnos y a la comunidad de la mejor manera posible. Deben poseer unos criterios exigentes altos. Deben comparar sus prácticas con los criterios. Deben intentar mejorar aquellos aspectos de sus trabajos que sean deficientes, o cuando el estado de la ciencia haya confirmado que existen mejores estrategias para educar a sus alumnos. Deben traba­jar en colaboración con colegas, padres y la comunidad con el fin de satisfacer de manera efectiva el abanico de necesidades educativas de todos sus alumnos. Debiendo mostrarse abiertos e interesados en que otros evalúen su trabajo. En lugar de eso, la escuela efectiva es aquella cuyos profesionales realizan y utilizan sistemáticamente las evaluaciones para servir bien a los alumnos y para informar al público sobre los logros y necesidades de la escuela.



APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE EVALUACIÓN



La palabra es un término que se viene usando mucho en las últimas déca­das y que en la actualidad está cargado de nuevos significados. Esta aprecia­ción nos debe permitir flexibilizar nuestra mente para ser capaces de captar lo que hoy se entiende por evaluación.

Antiguamente se entendía por evaluación, o se hablaba de ella en términos de corrección, de exa­men, de “cambio de nivel”, del grado de ajuste a unas normas o criterios.

En épocas más recientes, la evaluación se ha ejercido como control; se ha aplicado más al producto y a los resultados que a los procesos; ha sido más comprendida como medida y cuantificación; se ha polarizado en exceso en el alumno y su rendimiento más que en cualquier otro factor del proceso de enseñanza-aprendizaje y se ha usado para comparar y clasificar.

En muchos momentos, la evaluación educativa es entendida como fuente de mejora. Podemos afirmar con rotundidad que sin evaluación no hay mejora posible y que sólo evaluando de continuo es como lograremos mejorar pro­gresivamente. La evaluación nos permite conocer lo que sucede en la escuela, valorarlo y actuar más eficazmente.



ALGUNAS DE LAS DEFINICIONES SOBRE EVALUA­CIÓN EDUCATIVA:

Ø  “La evaluación es un proceso sistemático de reflexión sobre la práctica” (Rosales, 1989).

Es importante que la evaluación se base más en la práctica en lo que realmente acontece y se da en el alumno y en la escuela a diario y que dicha reflexión y todo lo que ella conlleva (recogida de datos, análisis y evaluación de los mismos) se haga procesal y sistemáticamente. Progresiva y con criterio y no de forma puntual y desorganizada.

Ø    Todo ello nos lleva a la conceptualización que de la evaluación educativa hace M.a Casanova, en 1995: “Proceso sistemático y rigu­roso de recogida de datos, incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea posible disponer de información continua y significativa para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa mejorándola progresivamente”.

Ø Por su parte, los diversos autores que nos hablan de la evaluación continua, se basan en las posibilidades que ésta nos ofrece para disponer permanentemente de información acerca, por ejemplo, del camino que está siguiendo el alumno en su proceso de aprendizaje, en su formación como persona. De este modo, es posible regular los ritmos y estilos de la enseñanza con los del aprendizaje y acompasar­los convenientemente para reforzar los elementos positivos y corregir los negativos mediante las actuaciones que sean necesarias.

Ø  «La evaluación es un instrumento de diálogo, comprensión y mejora de la práctica educativa» (Santos Guerra, M. A., 1993).

Al definirlo así, se nos indica la vocación colectiva que conlleva todo proceso evaluativo, tanto en su diseño y aplicación, como en su uso posterior. Ese diálogo afecta a toda la comunidad educativa y a la sociedad a la que se sirve. Todos deben contribuir a comparar la prác­tica con los criterios, con los valores y capacidades consensuadas por todos los implicados en el proyecto educativo y colaborar en mejorar los aspectos detectados como deficientes o ausentes.

No quisiéramos dejar de subrayar la dimensión instrumental que muy acertadamente señala Santos Guerra en su conceptualización. Entendiendo por instrumento, tal y como aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española aquello”de lo que nos servimos para hacer una cosa o conseguir un fin”. La evaluación, en nuestra práctica habitual, carece de esta dimensión instrumental ya que solemos hacerla tarde y no solemos tenerla en cuenta… Para recuperar esta dimensión debemos evaluar al principio, a lo largo y al final del proceso educativo y tomar decisiones, manteniendo o modificando aquello que interfiere, desoriente o limite los fines educativos traza­dos.



EVALUACIÓN:

  • Proceso sistemático de reflexión sobre la práctica…



  • Recogida de datos… para conocer… y tomar decisiones.



  • Es continua.



  • Sirve de instrumento de diálogo, comprensión y mejora.



­Actualmente son muchos los autores que hablan de la evaluación como una realidad colaborativa, ya que todos deben participar en todo el proceso evaluativo: recogiendo datos, analizándolos, tomando decisiones y acome­tiendo posteriormente las mejoras propuestas.

Si todos los miembros de la comunidad educativa son artífices y desti­natarios de la evaluación: profesores, alumnos, padres personal no-docente, todos deben intervenir en ella. Si la comunidad es la que ha construido y consensurado un proyecto educativo que nuclea el ser y el quehacer del acto educativo, por tanto todos han compartido unos valores y unas metas, es responsabilidad de todos hacer el seguimiento del camino recorrido, de las dificultades encontradas, previstas o no y de los ajustes a realizar.

En nuestra escuela, no solo debemos evaluar al alumno, sino también al profesor, así como la influencia de la actuación de los padres o en qué grado el personal no docente facilita la consecución del proyecto educativo. Además, la potestad de evaluar deberá recaer tanto en el profesor, los alumnos también evalúen y que los padres y personal no docente intervengan igualmente evaluando la actuación docente, el programa, los recursos empleados, el contexto, etc.

LA EVALUACIÓN INTERNA Y EXTERNA

La escuela que cada vez se concibe más a sí misma como autónoma y como realidad que aprende, requiere incrementar y desarrollar la evaluación interna (o autoevaluación) y resituar la evaluación externa.

Si un centro educativo adquiere y toma protagonismo y autonomía en su organización y funcionamiento y en los planteamientos educativos y curri­culares estará muy interesado por conocer cuáles son sus logros, lo relevante del camino recorrido, las dificultades y deficiencias encontradas y relanzar desde ahí su programa.

Para que la escuela funcione siempre bien, no nos debemos fijar sólo en el rendimiento del alumno; son múltiples los factores que contribuyen hoy en día a la calidad y excelencia de la escuela.

El afianzar la evaluación interna no va en contra de la evaluación externa; al contrario, ambas se complementan. Mientras que la evaluación externa se preocupa más de los resultados, de comparar y clasificar, la autoevaluación atenderá más los procesos y los aspectos formativos de la evaluación.

La autoevaluación es una realidad cada vez más presente a la que Joaquín Gairín (1996), caracteriza por:

Se inicia en el centro educativo:

ü  la realizan profesionales que actúan en él; sin excluir la posibili­dad de ayudas externas;

ü  su objeto es mejorar y comprender la práctica;

Se busca:

ü  reflexionar sobre lo que se hace:

ü  clasificar la comprensión de lo que se hace y/o pretende hacer;

ü  impulsar el diálogo y la participación;

ü  mantener e incrementar la moral y cohesión de los miembros;

ü  proveer información sobre aspectos de la institución;

ü  corregir errores;

ü  intensificar el esfuerzo de lo esencial;

ü  aumentar la coherencia y coordinación del personal;

ü  ayudar al perfeccionamiento del profesorado.

El modelo de autoevaluación implica actividad colectiva y supera la consolidación que atribuye todas las causas de los eventos a acciones individuales. En este sentido resulta ser una clave fundamental en la reestructuración institucional, sustituyendo el control burocrático y uni­direccional por la autorregulación y autocontrol.

La participación en los procesos de autoevaluación no sólo es una exigencia técnica, sino social. La participación de los usuarios de las instituciones aporta validez a las preguntas, indicadores, crite­rios, etc. El problema no residirá en admitir esa participación sino en delimitar la forma y el grado como se ha de desarrollar.

La autoevaluación como concreción de una reflexión permanente y compartida sobre la acción educativa deja así de ser sentida como una amenaza, fiscalización o imposición para convertirse en una excusa, medio para el intercambio, el encuentro o la ayuda.

Esta modalidad de evaluación podría clasificarse al mismo tiempo de externa e interna, en la medida en que pueden intervenir agen­tes externos que faciliten el proceso de autorreflexión: está guiada por principios democráticos; y más allá del valor que pueda tener para los centros educativos, permite generar un conocimiento sobre las escuelas y favorecer los procesos de autorreflexión.

 CARACTERÍSTICAS DE LA EVALUACIÓN

La evaluación educativa debe tener en cuenta las siguientes características:

1. Globalidad

La evaluación tiene una dimensión holística, debe considerar todos los aspectos del funcionamiento del centro, todos los factores que intervie­nen en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es importante evaluar el Centro y no solo aspectos específicos o puntuales.

2. Continua

La evaluación necesita integrarse en el proceso del curso para poder intervenir como orientadora y reguladora permanente del mismo. No se trata de una repetición obsesiva de pruebas sino que conduzca a una permanente adaptación.

3. Sistemática

Ha de ajustarse a un plan. Debe ser algo ordenado y relacionado con vistas a lograr más fines.

4. Contextualizada

Debe tener en cuenta a cada uno como es, sus antecedentes y experiencias, su nivel de desarrollo físico y mental, su motivación y expectativas… Surge así una pregunta compleja de resolver: si partimos del presupuesto de que todos somos diferentes, ¿podemos evaluar a todos por igual?

5. Diagnóstica

Identifica las deficiencias y dificultades, así como los logros y fracasos, analizando sus causas.

6. Reguladora

La recogida de información y el análisis de la misma cobra sentido si revierte en el proceso educativo regulándolo, es decir, introduciendo variaciones para mejor lograr los objetivos y responder así con efica­cia.

Es lo que algunos autores denominaron evaluación formativa, pues al realizar el seguimiento se va aprendiendo a actuar más adecuadamente.

7. Criterio

Que la valoración tenga como referencia, más que la comparación o clasificación, los criterios previamente establecidos por todos y recogi­dos en los Planteamientos Institucionales.

8. Colaborativa, compartida

Que todos se sientan artífices y colaboren; de esa forma se sentirán responsables y participarán igualmente en la propuesta de mejora.

9. Útil y orientadora

La evaluación tiene un carácter funcional, es decir, debe resultar útil y orientar a los implicados e interesados en la misma.



 FINALIDAD DE LA EVALUACIÓN

La finalidad es: valorar y criticar en función de los objetivos con el propósito de mejorar la calidad educativa.

Por ello podemos señalar los siguientes pasos:

1. Recoger información

En todo proceso evaluativo la recogida de datos es esencial. Debemos desempeñar un difícil equilibrio que va entre no tener datos o muy escasamente y el tener demasiados datos.

Para esta recogida de la información hay que buscar los momentos adecuados, usar los instrumentos y técnicas que mejor se ajusten a la información que queremos obtener.

Podemos y debemos registrar tanto datos cualitativos como cuantitati­vos.

2. Analizarla

Una vez recopilada la información hay que analizarla. Valorar y con­trastar lo obtenido con lo proporcionado. Detectar en qué confluyen y en qué se distancian.

3. Informar

Es muy importante dar a conocer los resultados obtenidos a todos los afectados e interesados en ellos.

4. Tomar decisiones

Recogidos los datos y analizados hay que tomar decisiones sobre a qué se debe dar continuidad y qué hay que reconducir: programas, actua­ción docente, métodos, selección de actividades, etc.

5. Actuar

Trazadas las posibles mejoras a abordar debemos ser responsables y acometerlas.

 CONCLUSIONES

El cambio y la mejora de la calidad en los centros educativos es un objetivo alcanzable si se mejoran los procesos de gestión, de organización. Una de las herramientas que posibilitan esta mejora en la gestión es la evaluación.

La evaluación facilita la información necesaria sobre el estado del centro, potenciando mecanismos de discusión, reflexión y participación de todos los agentes implicados.

La evaluación perderá su sentido si no está enfocada a analizar la eficiencia y la efectividad del sistema para lograr un determinado perfil de centro y una determinada posición del mismo en el entorno.

La evaluación nos sirve para analizar la puesta en marcha y el desa­rrollo del proyecto educativo.

La evaluación es una herramienta idónea para constatar el grado de cumplimiento de diversas metas y objetivos del Proyecto Educativo.

 (PROYECTO EDUCATIVO DE LA ESCUELA DE HOY)

ORIENTACIONES SOBRE EL USO DE LOS INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN INICIAL

Entrevista a los Padres y/o Familiares


Los padres y familiares cercanos nos pueden brindar información útil de cómo ha transcurrido la vida del niño o niña en el hogar, la comunidad, qué les gusta y qué no les gusta, qué hacen, cómo lo hacen. Pero, además, en el intercambio con la familia podemos obtener también información sobre ellos/as mismos/as, cuáles son sus patrones de crianza cómo perciben a su hijo o hija, que aspiran para él o ella.

Debido a la enorme importancia que tiene esta información para el buen desarrollo de las actividades en Educación Inicial, cuando se trabaja en una institución o en una comunidad, lo primero que debe hacer un docente es conversar con la familia y tener por escrito información detallada en las siguientes áreas:

¿Dónde y con quiénes vive el niño o la niña.?

¿Dónde localizar a la familia o responsable del niño o la niña en caso de alguna emergencia?

¿Datos relacionados a su salud?

¿Datos relacionados con su alimentación?

¿Juegos y juguetes favoritos?

¿Hábitos de sueño?

¿Opinión de las familias acerca de su hijo e hija?

¿Información acerca de que hace la familia cuándo el niño o niña comete alguna falta entre otras?

Toda la información que los familiares aportan sobre el niño o la niña, contribuye a obtener una visión global de cómo es su hogar y el tipo de relación que se ha establecido con él o ella.



Escalas de Estimación: 



Permiten que las(os) docentes puedan contar con instrumentos prediseñados para la evaluación de cada niño o niña. Se realizan tanto para la evaluación individual como para la grupal. Es importante que los indicadores del desarrollo y el aprendizaje a observar sean lo suficientemente precisos para que delimiten claramente cada aspecto.



La Observación:



Se considera una de las técnicas más importantes porque permite apreciar de forma natural y espontanea el comportamiento del estudiante en todas sus manifestaciones.  Para anotar las observaciones, se recomienda utilizar guías y listas de cotejo, las cuales consisten en una lista con características relacionadas con el comportamiento de los estudiantes y el desarrollo de habilidades, capacidades y destrezas.



Los elementos a considerar en un lista de cotejo son los siguientes:

ü  Seleccionar los aspectos que serán evaluados según el indicador de logro.

ü  Delimitar el campo de observación según los aspectos seleccionados

ü  Tomar aspectos como: redacción, concreto en su observación, redacción afirmativa.



La Carpeta:



Se utiliza para archivar las evidencias de aprendizaje más significativos de cada estudiante. Esta información es muy importante tanto para el docente, estudiante y padre de familia, porque refleja el nivel de aprendizaje alcanzado.



Boletín Informativo



Este instrumento permite dar a conocer a los padres, madres y representantes, información sobre el desarrollo y los aprendizajes adquiridos por sus hijos e hijas, en tres momentos del año escolar (al inicio, a mediados del año y al final); así como también, recibir las opiniones de éstos/as respecto al desempeño de su(s) representado(s) en el ámbito familiar.



Para el diseño del Boletín Informativo es importante considerar la inclusión de los siguientes aspectos:

ü  Datos de la Institución, del niño (a) y del representante.

ü  Aprendizajes adquiridos durante el lapso, tomando como referencia las  áreas de aprendizaje (Formación personal y social, relación con el ambiente, comunicación y representación)


ü  Recomendaciones del (la) docente.

ü  Fechas. Firmas del Directivo, Docente y Representante.

24 de noviembre de 2011

FINALIDADES DE LA EVALUACIÓN

Constatar los aprendizajes de los alumnos y las alumnas –sus logros y las dificultades que manifiestan para alcanzar las competencias señaladas en el conjunto de los campos formativos– como uno de los criterios para diseñar actividades adecuadas a sus características, situación y necesidades de aprendizaje.


• Identificar los factores que influyen o afectan el aprendizaje de los alumnos y las alumnas, incluyendo la práctica docente y las condiciones en que ocurre el trabajo educativo, como base para valorar su pertinencia o su modificación.


• Mejorar –con base en los datos anteriores– la acción educativa de la escuela, la cual incluye el trabajo docente y otros aspectos del proceso escolar.
De este modo, la evaluación del aprendizaje constituye la base para que la educadora, sistemáticamente, tome decisiones y realice los cambios necesarios en la acción docente o en las condiciones del proceso escolar –en primer lugar, las del aula– que estén a su alcance.

LA EVALUACIÓN



La evaluación educativa es una herramienta generadora de información útil respecto de la calidad de la propuesta de enseñanza y del proceso formativo que se busca desarrollar en los alumnos. Es decir que da cuenta de los logros y dificultades de la práctica educativa para analizarla, comprenderla y mejorarla.
Ademas es un proceso que consiste en comparar o valorar lo que los niños conocen y saben hacer, sus competencias, respecto a su situación al comenzar un ciclo escolar, un periodo de trabajo o una secuencia de actividades, y respecto a las metas o propósitos establecidos en el programa educativo del nivel; esta valoración –emisión de un juicio– se basa en la información que la educadora recoge, organiza e interpreta en diversos momentos del trabajo diario y a lo largo de un ciclo escolar.

Aunque pensemos que el proceso de evaluación es un proceso aislado de la planificación, esta actividad de análisis también se planea, pues para ellos debemos decidir si tomaros fotos, trabajos, en función de que evaluaremos, quienes participaran en la evaluación.


Implica:


• Describir y recoger datos a través de diversos procedimientos.


• Comprender y explicar su objeto


• Valorar y emitir un juicio de valor


• Ayudar a tomar decisiones.





PLANEAMIENTO EDUCATIVO

El planeamiento  es una tarea que requiere de mucha dedicación, es un proceso metodológico fundamental y debe ser el producto en que se resumen las acciones y decisiones previstas para el cumplimiento de las competencias, indicadores de logros y contenidos con la finalidad de formar al ser humano y ante todo implica actitudes, condiciones y capacidades, que conllevan a un compromiso personal por parte del docente. Es necesario porque evita la rutina, posibilita la reflexión previa sobre las distintas alternativas para desarrollar la tarea docente; evita las improvisaciones y dudas que provoca el trabajo desordenado y poco eficaz.

Características:

      ü    Flexible: Constituye una guía de trabajo, el cual permite ajustes para mejorar los  procesos de enseñanza-aprendizaje.

ü      Permanente: Ser un proceso continuo y dinámico.

ü  Preciso: Con propósitos definidos de enseñar y aprender con precisión y flexibilidad.

ü    Relevante: Todo docente debe hacerlo, usarlo y consultarlo  ofreciendo asesoría y control.

ü    Coherente: Coherencia entre planeamiento y documentos curriculares.

ü  Pertinente: Responder a las competencias educativas, indicadores de logros, avances en la ciencia y la técnica, necesidades y medio social-cultural.

ü  Prospectivo: Permita una visión global anticipada y proyectiva de la tarea educativa.

ü     Participativa: Interacción de todos los miembros de la comunidad educativa.

ü  Funcional: Proceso que oriente en forma ágil la labor del docente, tomar decisiones, retroalimentación y seguridad funcional.

Es importante que el docente se plantee algunos interrogantes que le aclaren sobre la mejor manera en que puede desarrollar su práctica pedagógica de forma efectiva, para él es necesario reflexionar sobre.

v  ¿Qué está pasando? (Diagnóstico)

v  ¿Qué se quiere hacer? (Elaboración de actividades)

v  ¿Cómo se va hacer? (Metodología que alcance competencia e indicadores de logros)

v  ¿Con quienes se va hacer? (Grupos de docentes y estudiantes)

v  ¿Con que se va hacer? (Recursos Didácticos)

v  ¿Cuánto tiempo se requiere? (Tiempo)

v  ¿Dónde lo realizará? (Aula, patio, biblioteca, comunidad)

v  ¿Cómo se evaluará (Evaluación proceso enseñanza-aprendizaje)